La lluvia fue un factor clave en el desarrollo del partido revancha de una de las semifinales del torneo de la Liga de Fútbol de Laboulaye entre el Club Atlético Central Córdoba y el Deportivo y Cultural Serrano, ayer en el estadio “Arroyito” del primero de los dos equipos.
La suspensión del encuentro pasó por las cabezas de los árbitros, dirigentes, jugadores, periodistas e hinchas que buscaban refugio de la precipitación pluvial que caía cada vez con más fuerza.
Pero finalmente la pelota rodó sobre el campo de juego mojado y embarrado. Los protagonistas ocuparon su lugar en el escenario y los espectadores hicieron lo propio en sus localidades, resguardándose del frío, el viento y el agua como podían, valiéndose de todo artilugio.
Los más afortunados con paraguas y camperas rompevientos; los no tanto con plásticos, bolsas de arpillera y bajo la protección de las banderas o el improvisado refugio de las tribunas y los baños; los menos quedaron a manos de la intemperie.
Lo sé porque estuve allí y me ubiqué entre los segundos y terceros.
Él también estuvo ahí, soportando el inclemente clima, alentando a su equipo -Central- colgado sobre el alambrado, disfrutando y sufriendo las circunstancias del choque futbolero.
No sé quién es o cómo se llama; sí que es un niño y que representa La Pasión del Hincha Argentino.