Raúl Gabino Barzola, el conocido relator de fútbol del sur de Córdoba, nació en Laboulaye y desde muy pequeño encontró en la afición por el relato algo que significaría mucho más que un pasatiempo.
Es amante de la música latina y el folklore (que tengan contenido en las letras), y además le gustan las películas de acción, ya que en algún momento practicó artes marciales.
Hijo de Facundo y Susana Maldonado, tiene una hermana mayor (por parte de padre) que vive en Sancti Spíritu. Su papá es oriundo de esa localidad y la mamá de El Rastreador.
Raúl Gabino nació “después de seis años de esperar”, según le contó a Nexos.
Durante la infancia Facundo Barzola trabajaba en la Municipalidad, hasta “poquitos años de fallecer”. Su desaparición física fue producto de un tumor, explicó su hijo. En tanto Susana trabajaba en diferentes lugares de ama de casa.
Primeros pasos
Gabino cursó el Jardín de Infantes en la Escuela Rosario Vera Peñaloza y le quedaba cerca para ir a visitar a su papá al despacho municipal donde guardaban las herramientas, donde hoy está la casa de los inspectores.
En cuanto a la educación primaria, el relator estudió en la Escuela Juan Pascual Pringles y sólo le quedaba cruzar la calle para ver a su papá que estaba trabajando en el cuidado de la plaza General Paz.
En cuanto a los estudios secundarios, los cursó en la ex ENET N°1 y se recibió de Técnico Nacional de Administración de Empresas en 1988.
“Mi mamá trabajó siempre, pero también siempre estuvo presente”, explicó Raúl, quien siente que se crió “casi como un hijo único, me dieron todos los gustos, siempre me apoyaron en todo lo que emprendí y en lo que me gustaba con tal de que sea feliz”.
En esos años vivió en varios lugares hasta radicarse en el Barrio 25 de Mayo. Es decir, Raúl nació en 1969 y, en 1976, “se anotaron en el Barrio 25 de Mayo: cuando tenía seis años me fui a vivir ahí”.
Desde el potrero
El fútbol nació del potrero y “a pesar de no tener tanto talento, me gustaba el fútbol y me divertía”, dijo Gabino, quien atajaba, pero también era jugador de campo.
Durante un pequeño tiempo jugó en la escuelita de Sporting Club, pero no se sintió cómodo: “Me divertía más jugando en la canchita que jugando en un club”.
El relato vino a llenar ese espacio vacío. Pero, ¿cómo hizo Raúl para saber que le gustaba relatar? Todo comenzó con familiares que vivían en un campo en Rosales.
“Tenía 8 o 9 años y a la tarde, después que hacían el tambo los domingos, venían los partidos de bochas” donde Raúl con sus papás disfrutaban el día con los familiares y amigos de las cercanías. “Con espejos se hacían señas y eso significaba que iban a juntarse a jugar a las bochas”.
“Los grandes jugaban a las bochas y yo ponía la radio para escuchar LS5 Radio Rivadavia con José María Muñoz” y su prestigioso equipo, describió Raúl Gabino. “Realmente me gustaba y empecé a sentir pasión por esto”.
Sus primeros ensayos del relato los hizo en su cuarto a la hora de la siesta. “Me gustaba y era más fuerte que yo”, dijo Gabino, quien confesó que recibió varios retos porque “no los dejaba dormir la siesta”. Otras veces se juntaba con un amigo que tenía un radio grabador “de los primeros que habían salido”. En esas grabaciones Raúl repetía relatos que se había aprendido de memoria leyendo el Gráfico y otros.
(FIN DE LA PRIMERA PARTE).