Nota de opinión de un correligionario disgustado: UCR, “que se rompa y no se doble” ¡Y se rompió!

Una de las frases que destaca la Marcha Radical es “que se rompa y no se doble el partido Radical”. Eso significa, como diría el último gran líder de la UCR, Don Raúl Alfonsín: “Que se pierdan 100 elecciones pero que no se abandonen los principios del partido”.

Seguramente en esos principios coinciden todos los radicales: austeridad administrativa, transparencia en los actos de gobierno, solidaridad social, promover la educación y el empleo, etc.; ya que cuando gobiernan cumplen -en líneas generales- con esos postulados: son austeros y transparentes (sin entrar en detalles).

Lo que parece que no tienen tan en claro, es qué hacer con el Partido cuando lo conducen, ya que es sabido que los Radicales tienen una “atracción fatal” por las internas, que lejos de fortalecerlos los divide cada vez más y los convierte en un espacio cada vez más chico y con menos representatividad en todos los órdenes: Nacional, Provincial y Municipal.

A nivel provincial las elecciones del pasado 12 de mayo dejaron a Ramón Mestre y a Mario Negri como los “padres de la derrota”. Dos dirigentes que no supieron consensuar para que fuera uno solo el candidato a Gobernador y competir con alguna chance (pocas) contra un Schiaretti que se mostraba casi imbatible. También queda claro a esta altura que el problema fue entre radicales y no de los “socios” de Cambiemos.

Ninguno de los dos tuvo la grandeza de pensar en la UCR y bajarse de sus “egos” para acompañar al otro (como dije antes, tienen una “atracción fatal” por las internas) y claro… El resultado era cantado: si unidos era difícil, divididos era imposible. Pero no les importó herir gravemente a su Partido, fragmentarlo de punta a punta de la Provincia, separando a una parte del mismo de la coalición Cambiemos a la cual pertenecen desde que aprobaron su incorporación en la Convención de Gualeguaychú de hace 4 años.

Y Juan lo hizo… Les ganó en los 26 Departamentos, lo que se llamó la “ola azul” (todo el territorio provincial pintada del mismo color político).

Mestre declaró: “Me hago cargo de la derrota y pido disculpas”. ¿Alcanza con eso? Es el Presidente Provincial del Partido, ninguna encuesta le daba alguna posibilidad de ganar; entonces, ¿por qué se encaprichó? En Córdoba Capital (de la cual es intendente desde hace más de siete años), sacó ¡el 9% de los votos! Es decir que el 91% de los habitantes de su ciudad no lo votaron, lo que habla de una pésima gestión y de un dirigente partidario “miope”, que estrelló el partido que conduce; para terminar declarando: “Con dolor, pero con mucha sinceridad, ni bien termine mi mandato, mi vida política va a comenzar de cero, con mucha autocritica y humildad”. ¿Va a comenzar? Yo pensé que había terminado, que pedía disculpas, renunciaba por verguenza a la Presidencia del partido y se iba a su casa. Pero parece que no, que es otro que se va a “reciclar” para volver en un par de años sin ninguna responsabilidad de nada.

¿Y los Dirigentes Departamentales? ¿Ninguno tuvo sensatez para decir: “Yo en esto no participo, yo no voy a ser responsable de dividir a mi partido”? ¿Era tan importante para ellos competir en una interna para ver quien salía “tercero”? ¿No hubo ningún dirigente de experiencia que les dijera: “No vayamos divididos que en eso perdemos todos” o “La unión hace la fuerza”, y todas esas cosas que se dicen para sumar y no para dividir? Evidentemente los veteranos y experimentados de la UCR también restaron.

Otra cuestión que también es evidente, es que mientras todas las fuerzas políticas (incluido el “peronismo bueno”, Cambiemos y los “K”) hablan de “incorporar” a otros sectores políticos para ampliar su base de sustentación (Schiaretti sumó al GEN de Margarita Stolbizer y al Socialismo), porque de eso se trata, “de ser lo más plurales posibles” (como decía Don Raúl); la UCR parece “encerrarse” en su propio Comité.

Conclusión: 1.- Si la UCR sigue anteponiendo sus personalismos y sus “egos” por encima de los intereses generales, priorizando las “internas” y encerrándose de espaldas a la sociedad, volverá a ser el Partido del 20% como lo fue durante tantos años.

2.- A la mayoría de la gente todo esto le importa poco, salvo cuando llegan las elecciones para elegir nuevos gobernantes y se dan cuenta que por la falta de “sentido común” de estos pseudo dirigentes, otra vez los dejaron sin una alternativa válida y que no queda otra que seguir gobernados por el Peronismo.

3.- Después volverán a su Comité a lamer sus heridas y a recordar el tango que se lamentaba por “la vergüenza de haber sido y el dolor de ya no ser”.

Tarde…

Marcelo T. Yrigoyen