El cabo Maximiliano Celi rompió el silencio: “Yo no soy quien le disparó a Álvaro Zarandón”

En la mañana de hoy, el periodista Daniel Mansuino entrevistó al imputado por el homicidio de Álvaro Zarandón, el cabo Maximiliano Celi. La exclusiva tuvo lugar horas después de que el presidente de la Cámara del Crimen de Laboulaye, Martínez Mangini, diera garantías de seguridad al policía ante la situación de hostigamiento que habría estado sufriendo.

"Ayer, en la Cámara, me trataron bien. No tengo nada que recriminarle al personal judicial que allí trabaja. Afuera, había más de veinte compañeros esperándome; dejaron pasar a cada uno de ellos para que pudieran saludarme", abrió el diálogo el agente.

Sobre la muerte del joven de 16 años ocurrida a principios de febrero de este año, fue contundente: "Soy inocente. Yo no soy quien le disparó a Álvaro. En el día que comience el juicio voy a contar lo que nadie contó, voy a hablar de lo que nadie se animó".

Acerca de un posible pacto de silencio entre los 13 efectivos que participaron del procedimiento policial en el que fue ultimado Zarandón, expresó: "No sé si hubo un pacto de silencio entre los compañeros, pero no se dijo verdad y yo estoy dispuesto a decirla. Estoy esperando que el juicio salga antes de la feria o, al menos, declarar antes que empiece".

Sostuvo que aún no ha prestado declaración porque le vedaron esa posibilidad: "Cuando estábamos todos por declarar, yo cuento mi versión, mi verdad sobre lo que realmente pasó aquella noche y como mi declaración no coincidía con la de los demás compañeros, el ayudante del fiscal no me dejó declarar; me tomó hasta la mitad y no me dejó seguir. No me dio una explicación, me hizo firmar un papel en el cual decía que ya estaba imputado".

"Los únicos que saben la verdad son mis abogados y mi esposa", añadió.

Prosiguió: "Quiero dar mi agradecimiento a mis buenos compañeros; a la gente que sabe qué clase de persona soy y que está ayudando a mis familiares".

El agente contó que a pocas horas de su detención le quitaron la custodia a su esposa y madre de su hijo de un año y nueve meses, Valeria Cabanay. Emocionado, se refirió a su mujer: "Doy gracias a Dios por haberme cruzado el 8 de octubre de 2009 con ella. Tengo una mujer de fierro que me banca hasta el día de hoy".

Por último, sentenció: "Estoy en esta situación por boludo, por honesto. No soy hijo de policía, afirmando que "la sociedad laboulayense sabrá quién es el culpable" de la muerte de Álvaro Zarandón.